Maquillajes y Pigmentos Minerales Naturales: Recetas Caseras

Es un deseo común en cualquier sociedad mejorar la percepción que los demás tienen de nosotros. Este impulso a menudo nace del deseo de atraer a un compañero o de mejorar nuestras expectativas en el arte de la conquista.



El uso del maquillaje es un reflejo de este deseo, y la forma concreta que toman estos cosméticos, dependerá de los ideales de belleza de cada sociedad en particular. Diferentes sociedades y culturas siempre han defendido diferentes ideales de belleza, y a lo largo de los siglos, estos ideales han ido variando de acuerdo con los cambios experimentados en la sociedad misma.


En la época de Cleopatra, el maquillaje era frecuentemente utilizado por personas de rango social y miembros del sacerdocio. Los ojos eran el principal foco de atención en esta cultura, ya que eran considerados una ventana del espíritu. Además, los ojos llamativos eran símbolo de un gran poder personal.


En el antiguo Egipto se usaban preparados de kohl negro y malaquita verde para embellecer los ojos, junto a un amplio repertorio de preparados cosméticos y medicamentos.


Siglos más tarde, en la época de María Antonieta, los ideales de belleza entre la aristocracia francesa eran radicalmente diferentes a los de la corte de Cleopatra. En aquella sociedad con conciencia de clases, la piel dorada y bronceada se consideraba poco atractiva, ya que únicamente los individuos de las clases más bajas estaban expuestos a los elementos durante el tiempo suficiente para desarrollar el bronceado (campesinos y sirvientes trabajando en las tierras o atendiendo a los rebaños).


Las personas de posición y cultura de aquella época preferían mantener su piel pálida, lechosa y lisa. Especialmente entre las mujeres, era habitual el uso de polvos para aclarar la piel y lograr el acabado de porcelana deseado.


Hasta hace unas pocas décadas han prevalecido actitudes similares. Al menos, los ideales comunes de belleza tenían orígenes similares. Hombres y mujeres mediáticos y de la alta sociedad (o al menos aquellos que desean cultivar la apariencia de riqueza y popularidad), a menudo buscan formas de emular rasgos que simbolicen una vida de lujo y privilegio.


Para muchos, esto se expresa a través del bronceado. Antes de la llegada de las cabinas de bronceado, la única forma de lucir una piel dorada era pasar largos períodos de descanso al sol. El proceso consumía tanto tiempo y dinero, que estaba reservado a la élite social. El enfoque del bronceado surgió durante la segunda mitad del siglo XX.


Esto también marcó la era en la que los orígenes de los ideales de belleza comenzaron a cambiar, de las influencias sociales, a la influencia de los ricos y famosos. Cuando los medios masivos de comunicación, inicialmente el cine y más tarde la televisión, ganaron protagonismo, surgió en hombres y mujeres el deseo de imitar el encanto y atractivo personal de los personajes de la pantalla.


Al margen de la estética básica, como el tono de la piel o la simetría de los rasgos faciales, el maquillaje se utiliza para emular una variedad de looks de actualidad.


Fruto de esta demanda, día tras día aparecen en el mercado nuevos cosméticos destinados a cubrir estas necesidades, algunos de ellos legítimos, otros no, y aunque todas estas innovaciones sirven para ayudarnos a sentirnos mejor con nosotros mismos, lamentablemente muchos de ellos no cumplen sus promesas, ni las relacionadas con el medio ambiente, ni las relacionadas con nuestra piel.


Si prestamos atención a lo que comemos para proveer a nuestro organismo de los nutrientes necesarios, o al cocinar elegimos ingredientes simples y naturales, que a menudo crean la mejor cocina, el mismo principio debería aplicarse al maquillaje que usamos a diario para mejorar (no enmascarar) nuestra apariencia.


El maquillaje está destinado a mejorar la belleza exterior sin dañar la piel. La piel es el órgano más extenso del cuerpo. Es una capa protectora que necesita respirar, nutrirse e hidratarse, así que es imprescindible cuidarla adecuadamente.


Como parte de nuestra rutina diaria, la mayoría de mujeres usamos maquillaje para mejorar nuestro aspecto. Según las estadísticas, una de cada tres mujeres no saldrá de casa sin maquillarse, incluso parece ser que usamos un 60% más de lo necesario.


Suponiendo que las estadísticas sean ciertas y sabiendo que el uso del maquillaje varía según la localización geográfica y la etnia a la que se pertenece, ¿no sería deseable conocer lo que aplicamos sobre nuestra piel?


Ingredientes del Maquillaje


Ciertos tipos de maquillaje muy a menudo están mezclados con productos químicos tóxicos y perjudiciales para la piel. Empleando una analogía, podríamos comparar el cuidado de la piel con el cuidado del cuerpo a través de la alimentación… procuramos nutrir nuestro cuerpo con ingredientes beneficiosos que apoyan la salud y el bienestar. Al elegir un producto de maquillaje, también deberíamos apoyar la salud y el bienestar de nuestra piel.


Es importante que aprendas a revisar las etiquetas. Muchas personas experimentan reacciones alérgicas a los ingredientes de los productos cosméticos convencionales. Estas reacciones se dividen en dos categorías: la dermatitis de contacto irritante (que es una reacción de picor y ardor asociada a una sustancia irritante para la piel) y la dermatitis de contacto alérgica (que puede incluir hinchazón, picazón y ampollas). Ambas reacciones son con frecuencia causadas por fragancias, conservantes u otras sustancias químicas incorporadas en infinidad de productos de maquillaje.


El maquillaje también puede causar acné cosmético. Es un tipo de acné leve, común y que se caracteriza por los poros bloqueados y bultos enrojecidos en barbilla, mejillas y frente. El acné cosmético aparece cuando los aceites del maquillaje obstruyen los poros.


Los maquillajes espesos (líquidos y cremas) favorecen este tipo de acné en mayor medida que los maquillajes más livianos (como los polvos). Para evitar estas reacciones, busca productos que estén libres de fragancias artificiales y aceites derivados del petróleo, hipoalergénicos y no comedogénicos (obstructor de los poros de la piel). Pero, ¿esto es suficiente?


Qué ingredientes evitar


Los ingredientes más comunes en el maquillaje pueden contener productos químicos nocivos. Estas sustancias son: BHA (E-320), BHT (E-321), p-fenilendiamina y colorantes, también conocidos como tintes de alquitrán de hulla.


Los ingredientes relacionados con la DEA (dietanolamina), que se encuentran con mayor frecuencia en productos cremosos, son los conservantes liberadores de formaldehído. La lista de ingredientes también incluye algunos de los siguientes nombres: DMDM ​​hidantoína, diazolidinyl urea, imidazolidinyl urea, metenamina y quarternium-15.


Otros ingredientes tóxicos a evitar incluyen cualquier fragancia sintética, compuestos de PEG, vaselina derivada del petróleo, parabenos, SLS… y la lista todavía continúa.


Busca productos de maquillaje que no contengan oxicloruro de bismuto (subproducto de plomo y cobre que puede dañar la piel a nivel celular), talco y colorantes artificiales.


Elegir el Maquillaje


No todos los maquillajes son iguales, por lo que deberemos aprender a elegir sabiamente. Busca ingredientes limpios, simples y naturales. Procura que el maquillaje sea ligero y duradero, que permitirá que la piel respire.


En las técnicas de maquillaje profesional, a menudo se considera que más es menos. Busca una línea de productos cuya formulación contenga el mínimo de ingredientes. En promedio, la mayoría de líneas de maquillaje convencionales contienen entre 10 y 20 ingredientes. Selecciona aquellos con un mínimo de tres y un máximo de 10.


Busca una línea de productos que no absorba agua ni aceites naturales de la piel. También deben permitir que la piel respire y su rendimiento no debe verse afectado por los aceites naturales de la piel, la humedad, el agua o cualquier otro factor ambiental. Muchos productos de maquillaje actuales también incluyen un SPF (factor de protección solar, del inglés Solar Protection Factor), que se puede encontrar en el dióxido de titanio y el óxido de zinc (empleados en cosmética BIO).


El maquillaje no debe dejar la piel brillante y debe imitar su color natural. Dado que muchas personas padecen de pieles sensibles, apuesta por productos que funcionen bien con todo tipo de pieles o busca una línea de maquillaje específica para pieles sensibles.


Maquillajes Minerales


El maquillaje mineral es una forma más saludable para la piel, ya que generalmente contiene ingredientes simples y naturales. Debido a la naturaleza de sus ingredientes, los maquillajes minerales son resistentes al agua, se adhieren perfectamente a la piel y son muy duraderos.


El maquillaje mineral generalmente es ligero. Si se formula correctamente, no será necesario retocar la zona T, ya que sus ingredientes absorben la grasa. Esto puede no ser cierto para todos los maquillajes minerales, pero es una norma general.


El maquillaje mineral en su forma más pura debe formularse con pigmentos inorgánicos, que no sólo nutren la piel, sino que además la protegen de los dañinos rayos del sol. Los pigmentos en maquillaje mineral son inertes, por lo tanto, tienen una larga vida útil y el polvo suelto no requiere la adición de conservantes. La variedad prensada puede incorporar conservantes, de manera que los polvos sueltos serán la elección más acertada.


El maquillaje mineral natural aporta beneficios para la piel. Muchos dermatólogos y cirujanos lo recomiendan, ya que es suave, curativo y natural. Los pigmentos inorgánicos empleados no son comedogénicos y algunos tienen propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas, por lo que las pieles propensas al acné y la rosácea, encuentran en los maquillajes minerales un verdadero aliado.


Maquillaje, un Ritual cargado de Sentido…


¡Éste es un ritual donde cada gesto encierra un significado!


Aplicar maquillaje es como elegir una prenda. Lo elegimos según las actividades del día, las personas con las que nos vamos a relacionar o nuestra atmósfera emocional. También responde a nuestro atuendo. El maquillaje es una forma de armonizar con uno mismo respondiendo al estado de ánimo y, finalmente, de relacionarse con los demás.


Incluso cansada, una mujer que se toma el tiempo para maquillarse, se verá inmediatamente más fresca, más bonita, más dinámica y con otra energía. El maquillaje es un vestido que no debe transformar la personalidad, pero que debe realzar, aclarar, iluminar…


El objetivo del maquillaje no es esconderse ni engañar, sino revelarse. Por supuesto, si tienes imperfecciones, desearás tratarlas y desenfocarlas. Pero eso no altera la idea de que el maquillaje trata de revelarnos a nosotros mismos. La clave es mantener la autenticidad. Si aplicamos una base demasiado “camuflante”, inconscientemente se crea una barrera. Esto repercute en el primer contacto que podamos tener con otras personas.


¡No pretendas crear belleza con el maquillaje, pero realza tu belleza natural con el maquillaje!