Mascarillas Faciales: Recetas Naturales Caseras

Hidratantes, purificantes, suavizantes o tonificantes, las mascarillas de belleza facial se han vuelto indispensables. Se han convertido en uno de los cuidados más codiciados, y es que… ¡Son fáciles de aplicar, te invitan a la relajación y los resultados se aprecian inmediatamente!



¿Cualquiera puede aplicarse una mascarilla? ¡Por supuesto! Son perfectas para el cuidado de la piel y el tratamiento de problemas cutáneos específicos. Una mascarilla puede ayudar a humectar la piel, eliminar el exceso de sebo o mejorar la apariencia de los poros.


También son una excelente forma de desintoxicar el cutis y ayudar a eliminar las impurezas. El beneficio añadido de aplicar mascarillas faciales, es esa sensación de estar mimándote como si estuvieras en un spa, ¡pero con la comodidad de estar en casa!


Todos los rituales para el cuidado y belleza de la piel incluyen el uso diario de varios productos de belleza y al menos una mascarilla semanal.


4 Buenas razones para aplicarte una Mascarilla


Relajación


Las mascarillas no sólo mejoran el aspecto general del cutis, sino que también te permiten disfrutar de un momento de descanso y relajación. Cuando entre sus ingredientes se encuentran aceites esenciales como la menta o el romero, la mascarilla puede ayudarte a “escapar”, estimulando tus sentidos.


La mascarilla debe ser considerada como un cuidado de «lujo»… Regálate un poco de tiempo, prepara un baño caliente, enciende velas y activa tu buen humor. No te arrepentirás de esta experiencia sensorial relajante, que además te dejará la piel fabulosa.


Limpieza profunda


Es obvio que debes limpiar tu piel todos los días para eliminar la suciedad, el maquillaje y las impurezas presentes en la superficie. ¿Pero sabías que aplicarte una mascarilla facial limpiará tu piel en profundidad? Ayudará a eliminar las impurezas que se encuentran bajo de las capas superiores de la epidermis. La mascarilla es el único cuidado facial que proporciona una limpieza completa de la piel y mejora su apariencia.


Desobstruir los poros


La mascarilla es un tratamiento que generalmente contiene arcilla, que ayuda a eliminar la suciedad y a absorber el exceso de grasa. También ayudará a eliminar la acumulación de células muertas sobre la superficie de la epidermis.


Al eliminar todos los pequeños restos presentes en la superficie, destapa los poros. Un poro obstruido sólo traerá problemas: las bacterias pueden reproducirse y comienzan a aparecer los antiestéticos granos. Aplicar mascarillas faciales regularmente ayuda a mantener la superficie de la piel limpia y los poros desobstruidos, por lo tanto, es una excelente razón para realizar este tratamiento al menos una vez a la semana.


Piel radiante


Las mascarillas, especialmente las que contienen menta en su formulación, pueden ayudar a estimular la microcirculación. El proceso de secado y eliminación de la mascarilla provoca la dilatación de los vasos sanguíneos en el rostro. Esto mejora el tono general de la piel. Tras la aplicación de una mascarilla tendrás la sensación de una piel más suave y también notarás un brillo radiante y una apariencia más fresca.


La mascarilla es una ayuda real en el cuidado de la piel, ya que dinamiza la eficacia del resto de productos que usamos a diario. Si quieres que tus lociones diarias, sueros y cremas de noche sean absorbidos por tu piel más rápida y profundamente, aplicar una mascarilla facial semanalmente es una práctica muy recomendable.


Mascarilla Facial en 5 Pasos


● Prepárate para dedicarte un tiempo exclusivamente para ti. Si aplicas una mascarilla mientras te relajas en la bañera, por ejemplo, será todavía más beneficiosa. Aplícala sobre el rostro, cuello y garganta. Asegúrate de usar ropa que pueda ensuciarse. Puede que tu baño esté un poco desordenado durante tu tratamiento facial, pero habrá valido la pena!


● Es importante aplicar la mascarilla con la cara limpia. Por ejemplo, usa tu limpiador diario para eliminar la suciedad superficial: aceite desmaquillante, loción tonificante…


● Con las manos mojadas, aplica la mascarilla directamente sobre la piel ligeramente humedecida. Es importante no frotar la mascarilla sobre la piel. Debe aplicarse con suavidad. Evita el contorno de los ojos y los labios y procura que no invada la zona de las fosas nasales.


● Deja que actúe durante 10 minutos o el tiempo que recomiende el proveedor de tu tratamiento facial. Es importante seguir las recomendaciones, ya que el tiempo de exposición puede variar de una a otra y los beneficios están relacionados con la forma de aplicación.


● Ahora es el momento de retirar la mascarilla. Éstas están diseñadas para adherirse a tu piel, por lo que es necesario usar abundante agua y una esponja que elimine suavemente los restos de producto. Es importante no frotar la piel, a riesgo de irritarla.


Consejos


● Antes de comenzar el tratamiento puedes aplicar una pequeña cantidad de gel o crema alrededor de los ojos. Esto protegerá esta zona especialmente delicada y sensible.


● En el momento de retirar la mascarilla, puedes colocar una toalla humedecida con agua templada sobre el rostro, manteniéndola durante unos segundos. Repite varias veces la operación, te ayudará a disolver y retirar el producto por completo y enjuagar la cara será mucho más sencillo.


● Para un resultado superior, puedes comenzar exfoliando tu piel y continuar con la mascarilla facial aplicada en una capa gruesa.


Una Mascarilla para cada Tipo de Piel


No todas las pieles necesitarán el mismo tratamiento. Aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a elegir adecuadamente tu producto ajustándote a tu tipo de piel.


Piel normal: puedes usarlo todo, así que dependerá de ti decidir lo que más le conviene a tu piel en cada momento.


Piel mixta y grasa: tu objetivo principal debe ser la eliminación del exceso de sebo, por lo que son recomendables las llamadas mascarillas astringentes o purificantes.


Éstas están compuestas esencialmente de arcilla verde, blanca o azul, óxido de zinc y mentol, con virtudes calmantes. Las mascarillas purificantes permiten liberar los poros obstruidos, eliminar las impurezas, proporcionar minerales y oligoelementos que son necesarios para refinar y aclarar la textura de la piel. Con su uso regular, el cutis recupera la luminosidad.


Piel seca: ¡juega la carta de la hidratación profunda!


Es posible encontrar una amplia gama de mascarillas destinadas a tonificar, desestresar o relajar. Formuladas frecuentemente con aceites esenciales y extractos de plantas (rosa, iris, manzanilla, etc) o agua termal, ofrecen un descanso de confort para las pieles más sensibles. Estos productos descongestionan, humectan y reducen la sensación de incomodidad, tirantez y enrojecimiento.


Las mascarillas reafirmantes tienen la distinción de ser sólo para mujeres a partir de los 40 años, cuando la piel pierde su firmeza y flexibilidad y revela las primeras arrugas y líneas de expresión.


El colágeno y las fibras elásticas se sintetizan con menos rapidez y la epidermis se relaja. La solución: la aplicación de mascarillas denominadas lifting, que permiten suavizar la piel al tiempo que optimizan su resistencia a la fatiga y su potencial regenerativo.


Las mascarillas humectantes siguen siendo las de uso más extendido. Aunque convenientes para todos los tipos de piel, son el producto estrella de las pieles secas (alipídicas).


Estas mascarillas, cuya composición está basada en ingredientes muy potentes, como la manteca de karité, el aceite de germen de trigo, ácido hialurónico, vitaminas y otros minerales, tienen la particularidad de nutrir profundamente la epidermis y «rellenarla”. Son el cuidado urgente de las pieles deshidratadas. En invierno nos protegen del frío y en verano, luchan contra los efectos nocivos del sol.