Energía kundalini

En el marco del Hinduismo, la kundalini es una energía invisible e inmedible, representada por una serpiente (o a veces por un dragón), que duerme enroscada en el Muladhara, el primero de los chakras.


Kundalini literalmente significa «enroscarse» como una serpiente. La energía y la conciencia, se mueven con un movimiento en espiral (enrosca-riza la serpiente).


Ésta es una metáfora para las energías en espiral de la conciencia, que es nuestra realidad de pensamiento, y es explicada por la Geometría Sagrada; los rizos son los rizos del tiempo, el efecto de deslizamiento. El tiempo es una ilusión representada en el juego físico de las polaridades, las emociones de la dualidad.


La manifestación de la energía Kundalini -la frecuencia de vibración-, se conecta con el término sánscrito Chaitanya, la fuerza integrada de los cuerpos fisiológico, mental, emocional y espiritual.


En la literatura clásica del Hatha Yoga, a Kundalini se la describe como «una serpiente enroscada en la base de la columna».


La energía «femenina» enroscada y latente, está referida al vasto potencial de energía psíquica contenida en todos nosotros. Comúnmente se la simboliza como una serpiente enroscada en tres círculos y medio, con la cola en la boca, y girando en espiral alrededor del eje central (el sacro o hueso sagrado) en la base de la columna.


El despertar de esta serpiente y la manifestación de sus poderes, es la meta básica de la práctica del Kundalini Yoga. La imagen de enroscarse como un resorte, conlleva la sensación de la energía potencial sin evocar que saltará pronto a la acción, y que por ahora, recordamos en pequeñas dosis.


La Kundalini puede ser descrita como una gran reserva de energía creativa en la base de la columna vertebral. No es útil sentarse con la conciencia fija en nuestra cabeza y pensar que la Kundalini es una fuerza ajena que sube y baja por nuestra columna.


El concepto de Kundalini también se puede examinar desde una perspectiva estrictamente psicológica. Desde esa perspectiva, se puede pensar en la Kundalini como en una rica fuente de energía psíquica o líbido en nuestro inconsciente.


En la literatura clásica de Kashmir Shaivism, se describe a Kundalini en tres manifestaciones distintas:


• La primera de ellas es como la energía universal o para-kundalini.


• La segunda de ellas es como la función energizante del complejo cuerpo-mente o prana-kundalini.


• La tercera de ellas es como la conciencia o shakti-kundalini, la que simultáneamente subsume y hace de intermediaria entre las otras dos.


En última instancia, estas tres formas son la misma, pero comprender estas tres formas diferentes ayudará a comprender las distintas manifestaciones de Kundalini


Esta energía también está relacionada con el propio almacén personal de energía sexual. Kundalini toma la energía sexual en su forma sin refinar y la convierte en energía espiritual refinada de una frecuencia extremadamente elevada, la que entonces permite el cumplimiento y activación de las actividades paranormales, tales como una experiencia fuera del cuerpo de buena calidad, la telepatía, la conversión materia-energía y la comunicación con entidades que habitan las vastas áreas de nuestro universo multidimensional.


La energía Kundalini representa la energía cósmica de la creación, que en la sabiduría india también se denomina Shakti o la manifestación femenina de Dios. Este aspecto activo del ser divino provoca todas las manifestaciones de la creación.


En la mayoría de las personas la energía Kundalini sólo fluye a través de Sushumna en proporción escasa. A medida que va despertándose por un desarrollo creciente de la consciencia, va ascendiendo a través del canal de la columna vertebral en un flujo siempre creciente, y activando los diferentes chakras. Esta activación produce una extensión de los centros energéticos y una aceleración de sus frecuencias.


La energía Kundalini alimenta los chakras con la vibración energética que faculta a los hombres para ir abriendo paulatinamente en el curso de su evolución todas las facultades y energías que actúan en los diferentes planos energéticos y materiales de la creación, con el fin de integrar dichas energías en su vida.


Durante su ascenso, la energía Kundalini se transforma en una vibración diferente en cada chakra, correspondiente a las funciones del chakra respectivo. Esta vibración es mínima en el centro radical y encuentra su máxima expresión en el centro coronal. Las vibraciones transformadas, son retransmitidas a los diferentes cuerpos no materiales o al cuerpo físico, y se perciben como sentimientos, ideas y sensaciones físicas.


El grado en que una persona permite la acción de la energía Kundalini depende del grado de conciencia que tenga en los diferentes ámbitos de la vida representados por los chakras, y de la medida en que el estrés y las vivencias no procesadas hayan causado bloqueos en los chakras. Cuanto más consciente es una persona, tanto más abiertos y activos están sus chakras, de forma que la energía Kundalini puede fluir a través de ellos con más intensidad; y cuanto más intenso sea este flujo de energía, tanto más activos se volverán los chakras, lo cual, a su vez, despierta una mayor conciencia. De esta forma surge un ciclo permanente de mutua influencia, tan pronto como empecemos a eliminar nuestros bloqueos y a recorrer una senda del desarrollo de la conciencia.


La ascensión de la energía Kundalini es tan antigua como la historia misma. También se la denomina el «Fuego Serpentino» mientras se abre camino hacia arriba por el canal espinal (Sushumna), en una espiral alternada que semeja un par de serpientes enlazadas.


Vemos el ascenso de la Kundalini representada en el diseño del Báculo de Hermes, conocido también como «el Caduceo». La profesión médica moderna adoptó ese símbolo como su modelo (dos serpientes entrelazadas alrededor de una vara que es levantada en alto para que todos la vean).


En la literatura Bíblica, vemos referencias al báculo que utilizaba el profeta hebreo Moisés, y el poder sanador que dicen que tenía. Alrededor de la vara estaba envuelta una serpiente. Quienquiera que mirase al báculo con fe, podía ser curado de cualquier dolencia. Tiempo después, en los evangelios, Jesús dijo de Sí Mismo: «Como Moisés elevó el báculo en el desierto, así debe ser elevado el Hijo del Hombre…» Jesús parecía estar haciendo algunas afirmaciones increíbles. Primero, se estaba equiparando a Sí Mismo con el Poder Serpentino de la vara. Por lo que parece, estaba diciendo que el entrelazamiento de esa fuerza vital era, realmente, la esencia misma de quien era Él.


El poder entre lazador de esa elevación de la Kundalini es, realmente, la esencia misma de quienes somos «todos». Es una danza de energías que involucra tanto a los elementos activos como a los pasivos en el universo físico. A medida que nos equilibramos en nuestro cuerpo físico, toda la esencia de nuestra persona (y de nuestro universo de percepción) comienza a cambiar. De alguna manera logramos «conectarnos» y nada vuelve a ser igual.


El concepto «Kundalini»


A algunas personas el concepto de «Kundalini» les resulta ajeno, y prefieren simplemente llamarlo «el despertar». Pero a la mayoría de personas, la explicación de la Kundalini les brinda un importante marco de referencia con el que poder aceptar y trabajar sus experiencias.


Cada uno de nosotros tenemos un modo único de interpretar, honrar y describir nuestra sabiduría espiritual. No existe un solo modo correcto de saber o de expresar la verdad. Es mucho más importante tener un corazón abierto y fe en nuestro propio sendero, dondequiera que nos lleve.


A menudo se pone poco énfasis en la relación entre Kundalini y la unión con lo divino o la realización divina, conceptos que están mucho más conectados con el despertar espiritual. Ya que cada uno experimenta e interpreta sus experiencias místicas de manera diferente y muy personal, hablamos de «conciencia despierta» o «estados trascendentes». Algunas personas lo denominan Dios, o Cristo, o la Diosa, o el Sagrado Uno, o el Espíritu, o simplemente el Todo del que todos formamos parte.


Asimismo, para algunas personas, las realizaciones espirituales profundas no suceden hasta meses o años después de las otras señales y síntomas. Las personas que tienen experiencias de obvia naturaleza espiritual, generalmente están más dispuestas a integrarse y beneficiarse del proceso, sin que importe cómo lo rotulen.


Pero los que experimentan lo que parece ser una enfermedad o fenómenos físicos extraños, muchas veces se alarman hasta que comprenden que no están ni enfermos ni locos. E incluso la iluminación y las hermosas experiencias, pueden ser tan poderosas que la gente duda de su salud mental. Por eso es tan importante una buena información al respecto.


Cerebro versus corazón


El cerebro, en un universo equilibrado, no se utiliza para pensar o deliberar sobre los resultados posibles. Es simplemente una «oficina de correspondencia», diseñada para entregar «memorandos internos de la compañía» a los distintos departamentos de nuestro sistema corporativo anatómico.


Cuando este universo se inclinó enormemente hacia el paradigma de la dominación masculina, el «empleado de correspondencia» decidió comenzar a abrir el correo y a pretender que dirigía la compañía. Pretender es todo lo que el «empleado de correspondencia» podrá hacer alguna vez.


El cerebro nunca podrá funcionar lo suficientemente rápido como para operar en un universo que modula por encima del nivel de la materia física. Por eso hemos estado atascados aquí. ¿Alguna vez tratas de meditar? ¿Qué le pasa a tu mente? ¿Tienes «cerebro de mono»? ¿Tienes una «charla» mental incesante que te impide «volar»? Esos son los resultados inevitables de la preponderancia del cerebro.


El centro del corazón no procesa. Dirigir tu vida desde tu corazón en lugar de tu cerebro, es la diferencia entre escribir normalmente y usar la taquigrafía. En la taquigrafía, un símbolo puede reemplazar a toda una oración. El corazón lo sabe, el cerebro no.


El cerebro separa la realidad, obligándonos a concentrarnos en las partes individuales que componen el Todo. El chakra cardíaco abierto, mezcla la realidad de nuevo y toda comunicación interna se logra simultáneamente a través de ondas vibratorias de «saber» que salen en todas direcciones a la vez. Esa es la forma en que se comunican los delfines y las ballenas… uniéndose entre sí mediante el conductor común del agua.


Para estos animales no existe diferencia entre ellos y el agua. Esto es así también para los niños pequeños. Ellos no perciben su entorno como separado de ellos. Tampoco lo haremos nosotros. Todo fue una ilusión. Y esa ilusión ya pasó.

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