La Nutricosmética consiste en la absorción de moléculas con principios activos cuidadosamente seleccionados por su estructura química y eficacia probada en el tejido cutáneo.
Estas moléculas se consumen en forma de dosificación oral: soluciones orales, tabletas, etc. Estas formas deben permitir la disponibilidad de ingredientes activos seleccionados en el organismo y se dirigen principalmente a los tejidos, que son las diferentes capas de la piel.
Este llamado «cosmético oral» es muy prometedor, ya que permite ampliar los resultados y la efectividad de un producto cosmético para la piel, destinado a nutrir, embellecer y modificar el aspecto de ésta.
Actuar y Potenciar los Ciclos Naturales de la Piel
El funcionamiento del cuerpo está sujeto a un ritmo biológico establecido: las 24 horas del día. Nuestras funciones biológicas y de comportamiento siguen este ritmo, pero tienen que lidiar con posibles alteraciones, relacionadas con los ritmos modernos de la vida, con consecuencias más o menos importantes. La piel no escapa a este proceso.
En el campo de la cosmetología, tener en cuenta los ritmos biológicos de la función cutánea se convierte en un eje central de estudio. Éste es el ámbito de investigación de la Cronocosmetología.
En 24 horas la piel experimenta diferentes fases:
Durante el día la piel hace todo lo posible para protegerse de las agresiones externas como el viento, el sol, el frío o la contaminación, así lo demuestran los estudios de Burton (1970) sobre la excreción sebácea, y el de Tsukahara sobre el espesor cutáneo. Durante el día, la piel juega su papel de barrera perfectamente. Se ha observado que es a las 10:00 h cuando la luminosidad del cutis y la textura de la piel se encuentran en su punto máximo (Reinberg, 1990).
Por otro lado, se ha demostrado que el número de divisiones celulares pasa por un máximo entre la medianoche y la 01:00 h y un mínimo entre las 12:00 y las 13:00 h. El flujo sanguíneo cutáneo es máximo entre las 23:00 y las 04:00 h, lo que permite el suministro de nutrientes y la eliminación de las toxinas. El nivel de la descamación de la capa córnea superficial es óptimo entre las 19:00 y las 23:00 h. La piel también posee receptores de melatonina que, además de ser un sincronizador circadiano, son excelentes “carroñeros” de radicales libres.
La evaporación del agua, reflejada por la pérdida de agua transepidérmica, aumenta significativamente durante la noche, mientras que es mínima por la mañana. Los estudios demuestran que estos cambios no pueden atribuirse a cambios en la temperatura de la piel o cambios diarios en la transpiración.
Estos datos son clínicamente importantes, particularmente con respecto a la aplicación de medicamentos tópicos o irritación de la piel.
Se cree que la pérdida transepidérmica de agua es un índice in vivo de la eficiencia y la integridad del estrato córneo. El alto valor de la pérdida de agua transepidérmica durante la noche, sugiere que la función de barrera disminuye durante este período, y que la permeabilidad de los fármacos tópicos puede aumentar significativamente.
Existe una mayor actividad de la piel durante la noche, que se refleja en una concentración de constantes biológicas como L-lactatos, triglicéridos o urea en la superficie de la piel. Se ha demostrado que la microcirculación cutánea, que desempeña un papel en la oxigenación y la reparación celular, alcanza su punto máximo alrededor de las 23:00 h y cae entre el mediodía y las 16:00 h. Se ha podido verificar que la pérdida de agua insensible (que mide la efectividad de la función de barrera cutánea), el pH y la temperatura de la superficie de la piel, presentan variaciones circadianas. Todos estos resultados tienden a demostrar que la piel se regenera y reconstruye por la noche, pero también que ésta es más permeable por la noche que durante el día.
Todos estos datos permiten afirmar que es necesario que los laboratorios cosméticos se centren más en la aplicación de la cronobiología. Un mejor conocimiento de los ritmos biológicos de la piel, debería permitir adaptar, no sólo el uso de los tratamientos cosméticos, sino también su formulación a las variaciones de estos ciclos naturales.
Además del uso ya extendido de cremas de día y cremas de noche, el conocimiento de la cronobiología de la piel debería conducir a un diagnóstico más preciso y adecuado para mejorar la efectividad de estos productos para el cuidado de la piel.
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Cronocosmetología Precisa
En resumen, el uso cosmético teniendo en cuenta las variaciones en los ritmos de la piel, debería proceder de la siguiente manera:
● Por la mañana. La función de barrera es máxima, todas las funciones vitales y la circulación sanguínea deben comenzar, por lo tanto, es innecesario proporcionar a las células de la piel un menú ultra rico que no podrá asimilar. Por otro lado, es un buen momento para utilizar la atención inicial que despertará la actividad de la piel, como las cremas que contienen vitamina C.
● A mediodía. A lo largo de la mañana, la temperatura del cuerpo aumenta, los diferentes circuitos del cuerpo se inician gradualmente. Es entre las 10:00 h y el mediodía que la tasa de sebo es máxima, por lo que sería conveniente proporcionar una nueva aplicación de fórmulas absorbentes y matificantes a las 11:00 h para atenuar la producción de sebo.
● A media tarde. Cualquiera que sea el almuerzo, la curva de la temperatura corporal experimenta a esta hora un declive. Éste es el momento ideal para todos los tratamientos relajantes, como masajes y tratamientos faciales, especialmente porque el grosor de la piel del rostro es mínimo.
● Por la noche. A diferencia del resto del cuerpo, por la noche es cuando la piel realiza su máxima actividad y establece su sistema de renovación y reparación. Por lo tanto, es en este momento cuando deben aplicarse todos los tratamientos de limpieza profunda, tales como exfoliaciones y mascarillas que preparan el trabajo nocturno. También es el momento de aplicar los productos de renovación celular, sin olvidar que los ácidos de frutas estimularán y mejorarán el rendimiento de las células nocturnas.