CORREGIR DESEQUILIBRIOS ESPECÍFICOS
Para corregir ciertos desequilibrios específicos, existen una serie de posiciones especiales que vale la pena considerar:
• En los casos de los de oído, sordera o pérdida del cabello, se coloca el dedo corazón suavemente sobre la abertura del oído y los dedos anular y meñique quedan justo detrás del oído.
• En caso de problemas de hipertensión o hipotensión arterial, ataques de apoplejía o migrañas, se coloca una mano en la parte posterior de la cabeza y la otra en la parte del cuello. Esta zona debe tratarse hasta que el flujo de energía se haya equilibrado. Entonces se colocan las manos en posición inversa. Cuando se da el caso de una hipertensión muy elevada, el tratamiento con las manos en el cuello no debe durar más de diez segundos la primera vez, aumentando progresivamente ese tiempo en sucesivas sesiones.
• Para estimular un sistema inmunológico frágil, se debe colocar una mano sobre el timo, mientras que la otra se deposita sobre el bazo. De este modo se devuelve el equilibrio a los chakras tercero y cuarto.
• En el caso de mala circulación en las piernas, varices, o trastornos del sistema linfático inferior, se debe colocar una mano en la parte interna del muslo mientras que la otra se sitúa sobre la ingle.
• Cuando se trata de mejorar la circulación sanguínea o los trastornos del sistema linfático, se debe colocar una mano bajo un brazo en la zona de la axila hasta que se note un cierto equilibrio de la energía.
• En el caso de disfunciones respiratorias se colocan ambas manos en la parte superior del pecho, una con los dedos apuntando hacia los hombros y la otra apuntando con los dedos hacia abajo. Deben permanecer ambas manos así hasta que se advierta una disipación de la energía o bien ésta se haya equilibrado. El hecho de que las manos apunten cada una hacia una dirección diferente, es para que la energía pueda trazar un círculo.
• Para los problemas de próstata y hemorroides, se debe apoyar una mano sobre la parte inferior de la espalda en dirección perpendicular al eje del cuerpo, mientras que la otra se deposita sobre la línea central de la base de la columna vertebral, con los dedos apuntando hacia abajo y el dedo corazón entre los glúteos.
• Si se trata de prevenir el estrés, se coloca una mano sobre la base de la garganta, en la zona del tiroides, mientras que la otra se sitúa en el centro del plexo solar. Tal posición debe mantenerse hasta que se produzca la sensación de disipación de energía o bien que ésta se haya restablecido.
• En los casos de escoliosis se colocan ambas manos sobre los músculos trapecio, a ambos lados del cuello, hasta que la energía se haya disipado. Posteriormente se van desplazando las manos una a una por la espalda hasta que se haya abarcado toda por completo y para finalizar se dejan sobre la parte inferior de la espalda.
• Para tratar el nervio ciático se coloca una mano en el hueso sacro, con los dedos mirando hacia abajo, mientras que la otra mano se deja junto a la primera, pero con los dedos apuntando en la dirección opuesta. Luego la mano va descendiendo por la pierna palmo a palmo hasta alcanzar la rodilla. Partiendo de esta posición, se dejan ambas manos a cada lado de la pierna, presionándola suavemente desde los laterales.
OTROS TRATAMIENTOS CON REIKI
• Al liberar el flujo de energía a través de los brazos no sólo mejora la circulación sanguínea, sino que se fortalece el sistema inmunológico y mejoran enfermedades como la artritis, las infecciones de cualquier tipo y las fracturas óseas. Cuando se libera el flujo de energía a través de las piernas mejora todo tipo de artritis que afecten a las extremidades inferiores así como todo tipo de fracturas óseas.
• Para aumentar la energía en el cuerpo de la persona se coloca la mano izquierda en la coronilla y la mano derecha en la base de la columna.
• Si se pretende liberar la tensión de la columna vertebral, se colocan los dedos pulgar y corazón de la mano derecha sobre la base occipital del cráneo y la mano izquierda en la base de la columna vertebral. Esta posición debe mantenerse hasta que se advierta la sensación de sincronización. Luego se desplazan progresivamente hacia el centro, sin que pierdan nunca el contacto con el cuerpo.
SESIONES EN GRUPO
Cuando se inicia un trabajo en grupo es importante que todos los participantes estén sincronizados entre sí. Ello se consigue cogiéndose de las manos, respirando hondo varias veces y tratando de hallar cada uno su propio centro. Tras este preliminar, la energía del grupo es uniforme y la duración del tratamiento de Reiki sobre un paciente es mucho menor.
Para conectar un grupo de personas es preciso que se sienten en círculo y coloquen su mano derecha sobre el corazón de la persona sentada a su derecha, de forma que la unidad y la armonía presidan el grupo. Sólo hay que respirar hondo para experimentar la energía de Reiki y el amor mutuo.
En una sesión de Reiki en grupo todos los participantes deben tener el nivel de Reiki I y el número de participantes puede oscilar entre los dos y los ocho o nueve miembros.
Un terapeuta suele colocarse junto a la cabeza de la persona a sanar, encargándose de dirigir la sesión. Si el número de terapeutas es de dos personas, uno de ellos se encargará de las posturas desde la cabeza hasta el chakra cordial y el otro empezará en el plexo solar para terminar en los pies. Si son tres los terapeutas, uno se encargará de la cabeza, otro del plexo solar y el tercero se encarga de las piernas y los pies.
La persona que se encarga de las extremidades inferiores suele percibir de manera muy intensa todas las vibraciones de la energía que se van produciendo que en ocasiones pueden llegar a ser muy intensas. Si este es el caso, es mejor retirarse un tanto para quedar fuera del alcance de estos flujos energéticos, ya que la transmisión de pasajes de la vida pasada o comunicaciones con la persona, puede afectar emocionalmente al terapeuta.
La persona a la cabeza de la receptora lidera la sesión. Todos posicionan las manos sobre el cuerpo de la persona receptora y sincronizan las manos sobre el cuerpo de la persona receptora y sincronizan sus respectivos movimientos. Cuando la persona líder ha completado todas las posturas de cabeza y las demás personas han hecho lo propio con su propia área, todos al unísono han de levantar las manos. La persona receptora se sitúa en decúbito prono y se reanuda la sesión con el mismo protocolo.
Cuando diferentes manos alinean un canal energético como el raquis, se suscita un tremendo flujo de energía Reiki a través de la columna vertebral. Los terapeutas experimentados suelen notar ese flujo de energía que en ocasiones va en sentido ascendente y descendente. Es habitual que la persona receptora se sienta desorientada o confusa durante un cierto tiempo.
CURACIÓN A DISTANCIA
El Reiki puede transmitirse a otras personas a gran distancia. Y es que el cuerpo humano puede funcionar como un gran receptor esté donde esté. El Reiki se basa en las leyes naturales, que pueden transferir energía salvando grandes distancias.
Normalmente se trata de un método que suele aplicarse a una persona que ya ha recibido tratamiento. También puede aplicarse Reiki a distancia como una terapia adicional a una sesión tradicional.
El terapeuta debe concentrarse en el cuerpo de la persona a la que desea transmitir energía, ya que la curación a distancia actúa en el cuerpo mental. El entrenamiento mental se desarrolla mediante visualizaciones complejas. El terapeuta aprende a acceder a otros mundos en busca de útiles para la curación que le suponen una depuración emocional y mental. Algunos terapeutas tienen una visión muy cercana del proceso de curación hasta el punto de que si se trata de una herida se imaginan una aguja e hilo de coser, y si se trata de una fractura, lo hacen invocando a una grapadora o a una cinta adhesiva.
La curación a distancia suele enseñarse en las clases de Reiki II. Se trata de un proceso de visualización realizado en estado meditativo. La visualización requiere crear en la mente una representación de la persona que se desea sanar. Puede ser una imagen visual pero también pueden servir visiones, sonidos, sensaciones táctiles o fragancias.
Enviar energía no sólo significa hacerlo desde la perspectiva del Reiki, también significa enviar amor, enviar luz o colores, rezar o pensar en alguien, eso también es curación a distancia.
Para realizar Reiki a distancia se puede usar cualquier objeto que recuerde a la persona a sanar, y hacerlo desde un espacio adecuado, tranquilo y en armonía. La meditación con fines terapéuticos no implica necesariamente hacerlo desde un trance profundo.
Debe hacerse, eso sí, es una habitación tranquila, con la luz atenuada, sentándose en el suelo en la posición de loto o bien en un sofá cómodo, aunque con las piernas y los brazos rectos.
Para acercar la persona a la que haremos una cura a distancia, es preciso visualizarla, aunque en un primer momento su visión sea borrosa o tan sólo un contorno indefinido. Seguramente una fotografía de la persona ante nosotros nos podrá ayudar en este cometido.
La persona que se somete a curación debe permitir la práctica Reiki a distancia, ya que de esta manera la transmisión de energía se aprovecha en su totalidad y no se contravienen los principios de la ética terapéutica.
Al enviarle la luz astral, con toda la gama de colores, se llena el aura de la persona. Luego se transmiten los símbolos Reiki, potenciando la energía terapéutica. Muchas personas suelen percibir en esos momentos las comunicaciones positivas de los guías. Es el momento de retirarse de la meditación y retornar a la conciencia de lo presente. Y es que al retornar al presente se cierra el círculo energético y no hay una retención de la energía.
No hay dos terapeutas que visualicen de la misma manera y sólo el hábito produce la concentración necesaria para tal empresa. Cuanto más se practica la meditación, más fácil resulta y mayor cota de profundidad se alcanza.
Para que la curación a distancia tenga éxito, es preciso que la persona que la recibe esté abierta a la recepción energética y desarrolle una sensibilidad psíquica que le proporcione capacidad de asimilación.
Métodos Reiki para la curación a distancia
Existen cuatro métodos de Reiki para la curación a distancia. El primero consiste en imaginar que estamos ante una persona que debe recibir el tratamiento en una sesión de imposición de manos. Lo más complicado de este método es tratar de mantener la visualización durante el largo rato que dura la sesión. Un segundo procedimiento consiste en imaginar una versión a escala de la persona a la que se somete a tratamiento.
Una fotografía puede servir en estos casos para enviar la energía Reiki. La tercera técnica centra la atención no sobre la visualización sino que lo hace sobre un objeto material. Y por último, hay terapeutas que recurren a la personalización de un objeto, al que le atribuyen características de la persona a sanar.