Por el sentido del tacto: Terapia de Meridianos (segunda parte)

EJERCICIO 2. Detectar las áreas problemáticas en los meridianos

Si tienes algún problema de salud, ten la seguridad de que puedes aliviarlo fácilmente mediante un trabajo de meridianos sencillo. Averigua en qué momentos se manifiestan los síntomas con más frecuencia o con mayor intensidad. Esto te ayudará a determinar qué meridiano está bloqueado o es demasiado activo.

Por ejemplo, si la dolencia se agrava hacia las 02:00 de la mañana, entonces probablemente haya un desequilibrio en el meridiano del hígado, porque a esa hora del día es cuando está más activo. Así pues, ahora sabremos que para tratar el problema como es debido, tenemos que conceder una atención especial a dicho meridiano.

También es una buena idea fijarse en el meridiano que le precede en el ciclo del qì, pues no es nada raro que el problema de un meridiano se intensifique por otro problema en el precedente.

1. Una vez que determines el meridiano o meridianos que tienen problemas, realiza tus ejercicios de relajación.

2. Empieza la terapia recorriendo los meridianos que estén más desequilibrados. En el ejemplo de antes empezaríamos a trabajar los meridianos de la vesícula biliar y del hígado. Usa el toque etérico en ellos, te ayudará a corregir cualquier problema concreto que tengan.

3. A continuación recorre todo el ciclo de los meridianos, empezando por el del pulmón.

4. Si quieres, después puedes volver al meridiano o los meridianos que creen o manifiesten el síntoma de la enfermedad para darles un impulso adicional de energía.

5. No te cierres respecto al procedimiento. Varíalo según la idea que te vayas haciendo del problema al realizar el toque etérico. Por ejemplo, puedes decidir recorrer primero todo el ciclo para concentrarte después en los meridianos específicos que están produciendo desequilibrios, y a continuación volver a recorrer el ciclo entero para reafirmar y mejorar el flujo de energía por todo el cuerpo.

EJERCICIO 3. Trabajo con los meridianos yin y yang

Los meridianos se pueden clasificar por su polaridad. A excepción de los meridianos gobernante y vaso de la concepción, todos los demás son yin o yang (femeninos o masculinos). Los meridianos yin están emparejados con sus homólogos yang: se equilibran e influyen mutuamente.

Muchas veces, un desequilibrio en un meridiano yin (pulmón, bazo, corazón, riñón, pericardio e hígado) se puede corregir tratando su pareja opuesta yang (intestino grueso, estómago, intestino delgado, vejiga, triple calentador o vesícula biliar). Así, si tienes un problema en el meridiano del pulmón, deberías tratar también a su pareja, el meridiano del intestino grueso. Si uno está desequilibrado, su pareja también lo estará. Si uno es hiperactivo, el otro tendrá una actividad baja y viceversa.

1. Determina qué meridiano está desequilibrado y provoca los síntomas físicos que estás experimentando. Entonces determina cuál es su pareja opuesta.

2. Relájate y concéntrate. Realiza la respiración rítmica.

3. Aplica el toque etérico a lo largo del meridiano problemático. Visualízalo equilibrado otra vez. Luego pasa por su pareja opuesta y aplícale también el toque etérico.

4. Concluye la terapia recorriendo todo el ciclo de los meridianos.

EJERCICIO 4. Cómo activar la circulación del qì por los meridianos

Este ejercicio se centra en los dos meridianos neutros. Ayuda a equilibrar las polaridades en todo el cuerpo. Equilibra y armoniza las funciones de los chakras y de todos los órganos, aparatos y sistemas asociados a ellos. Es fortificante para la energía en conjunto y alivia el estrés.

Puedes practicar el ejercicio tú solo. Es especialmente eficaz cuando se realiza al aire libre y por la mañana. Hará que tu energía circule por los órganos vitales y todo el sistema nervioso. Dará a las células de tu cuerpo un impulso que las hará curarse y crecer. Despejará los atascos energéticos y te revitalizará.

El meridiano gobernante discurre por la espalda y llega a la coronilla. El meridiano de la concepción discurre por la parte delantera del cuerpo y llega hasta la lengua. Los dos canales se pueden conectar por medio de la lengua, que actúa como un interruptor: al conectar la corriente de ambos, crea una órbita de energía.

1. Siéntate cómodamente, pero con los pies bien apoyados en el suelo y la espalda erguida.

2. Concéntrate. Puede que te convenga practicar una breve relajación progresiva.

3. Tócate el paladar con la punta de la lengua, justo por detrás de los incisivos. Eso conectará los meridianos gobernante y de la concepción, cerrando un circuito de energía.

4. Realiza lentamente la respiración rítmica. Inspira por la nariz y espira por la boca.

5. Permite que la energía empiece a recorrer el circuito cerrado que forman estos dos meridianos. Ahora, conscientemente, ponte a dirigirlo. Al inspirar, siente cómo la energía sube por tu columna vertebral. Siéntela llegando a la coronilla y empezando a descender por tu cara. Siéntela en la lengua, la garganta, el pecho, el ombligo, alrededor de las ingles y el coxis, y de nuevo en el punto de partida.

6. Tu respiración debe ser lenta y cómoda en todo momento. Debes concentrarte ante todo en la circulación de la energía; haz pruebas para averiguar en qué partes del circuito se mueve sin cesar.

7. Empezarás a entrar en calor; eso es una señal tangible de que la circulación de la energía ha aumentado en tu organismo. Continúa el ejercicio durante cinco o diez minutos.

LA RESPIRACIÓN Y LA ÓRBITA MICROCÓSMICA

Cada círculo de energía fortalece el chakra, acelerando la rotación en el sentido de las agujas del reloj y aumentando las energías físicas relacionadas. Primero realiza la respiración rítmica para aumentar tu energía. Mientras lo haces, nota cómo la energía sube por tu columna vertebral y baja por la parte delantera de tu tronco. Mientras circula, siente cómo energiza tus centros chákricos. Puedo incluso que veas que las órbitas cambian de color, y que cada chakra adopta un tono diferente.

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