Chakra Anahata, también llamado chakra del corazón o centro cordial.
El cuarto chakra se encuentra a la altura del corazón, en el centro del pecho. Se abre hacia delante.
Sentido de giro en el hombre: hacia la izquierda. Sentido de giro en la mujer: hacia la derecha.
Color: verde, también rosa y dorado.
Elemento: aire.
Función sensorial: tacto.
Símbolo: loto de doce pétalos.
Palabras clave: amor y despertar.
Principio básico: entrega del ser.
Correspondencias corporales: corazón, parte superior de la espalda con caja torácica y cavidad torácica, zona inferior de los pulmones, sangre y sistema circulatorio, piel.
Glándulas correspondientes: timo. El timo regula el crecimiento y controla el sistema linfático. Además, tiene la misión de estimular y fortalecer el sistema inmunitario.
Correspondencias astrológicas: Leo/Sol: calor sentimental, cordialidad, generosidad. Libra/Venus: contacto, amor, aspiración a la armonía, complementación en el «tú». Saturno: superación del ego individual, imprescindible para el amor desinteresado.
Simbología: matrimonio, alabar la necesidad de amarse a uno mismo para poder amar y dedicarse en cuerpo y alma a la otra persona.
Arquetipos relacionados con Anahata: artista, negociador, diplomático, actor o enfermero.
El chakra del corazón está regido por el elemento aire. A diferencia de los otros elementos, al aire no lo ves, su influencia es sutil. Por el aire despliegas tus emociones y cultivas la compasión y la capacidad de amar.
Su símbolo es una estrella de seis puntas formada por dos triángulos, uno apuntando hacia arriba y el otro hacia abajo, que representa en el cuerpo el punto de equilibrio entre el flujo de la energía hacia el cielo y hacia la tierra.
Los tres chacras inferiores contienen la capacidad de cultivar la destreza sobre los impulsos. Cuando se equilibra y se abre el cuarto chakra, llegas al verdadero primer nivel de la conciencia autor reflexiva, desde donde puedes verte a ti mismo a través de los ojos de los otros y entiendes que los demás son tan importantes como tú. En los primeros tres chacras estás regido por el «yo», en el cuarto empiezas a tener sentido de «nosotros». Cuando tienes dominio sobre tus pasiones, desde los tres primeros chacras, puedes dirigir esas pasiones hacia los otros. Sientes compasión (com es lo mismo que con, «con-pasión»). Actuar la compasión significa actuar con hábitos, sentimientos y voluntad en bien de lo más amplio de ti mismo.
Cuando se abre el chakra del corazón, se transforma tu relación con todos tus sentimientos. Comúnmente hay una confusión respecto a que sólo se puede sentir desde el cuarto chakra. No es así, tienes capacidad de sentir desde todos los chacras, pero es a partir del cuarto que sientes esos sentimientos.
Sabes cuáles son tus sentimientos y puedes dirigirlos. Casi todos pueden amar y sentir fuertes impulsos y pasiones unos por otros, pero actuar desde el cuarto chakra es dar forma a la pasión para cumplir con los compromisos y obligaciones del amor, entregarse a todo amor como se entrega una madre al bien de su hijo(a).
El chakra del corazón rige las sensaciones sutiles y la capacidad de tocar, el tacto. Decimos que cuando alguien habla desde su corazón, «nos toca», nos llega a la esencia misma. Sus funciones también determinan el sentido de los límites. Se relaciona con el funcionamiento del sistema inmune, la glándula del timo y el bombeo del corazón. Nos da inequívocas «corazonadas». Nos hace saber quiénes somos y qué queremos en las relaciones ¿El otro debe estar conmigo o no? Esta persona o esta situación, ¿me toca a mí vivirla o no?
Cuando funciona bien, actúa como un sistema inmune, te advierte cuando algo es extraño y necesita ser examinado antes de aceptarlo, sabe cuándo algo tiene afinidad contigo, con tu organismo, y puede entrar en tu cuerpo. Sabes cómo, cuándo y cuánto dejar entrar a alguien a tu vida, cómo armonizar todas tus relaciones.
Este es entonces el chakra de las relaciones. Si está sobre activado, necesitarás demasiada simpatía. Si está subactivado, serás dependiente de los demás y estarás confundido respecto al sentido de ti mismo.
El cuarto chakra se denomina Anahata: es el sonido del encuentro de dos cosas sin fricción, sin golpe, y es inaudible, que sólo con amor se escucha. En el chakra del corazón no hay conflicto: el cielo y la tierra se juntan en equilibrio, lo interno y lo externo se unen en acción fluida y espontánea.
Al recitar un mantra desde el centro del corazón, en repetición mental, sintonizas tu mente con el universo entero que vibra el sonido en el centro umbilical. Sólo tienes que sumergirte en él.
También estimulas el cuarto chakra con el uso del prana. Cualquier bloqueo en el diafragma o en el mecanismo de respiración, lo afecta profundamente. Su más poderoso estímulo es la respiración en todo tipo de pranayamas.
La comunicación desde este chakra siempre incluye a los otros tanto como a ti mismo. Entonces hablas con dulzura, compasión y empatía. A diferencia de la comunicación desde el quinto chakra, que es muy directa, la comunicación desde el cuarto chakra no por ser dulce es necesariamente indirecta, ya que dirás la verdad pero sabrás tomar en cuenta completamente a quien recibe la comunicación.
Cuando hablas desde este chakra con tu pareja les das a ambos la sensación de estar totalmente presente uno en el otro. Es la base de la intimidad real. No es cierto que al comunicarte desde este chakra sólo puedes ser dulce y puedes eludir los retos difíciles. No es una caricatura de felicidad hueca.
El chakra del corazón te infunde una gran fuerza, un gran poder de convicción para expresar cualquier sentimiento y contextualizar lo que dices. Yogui Bhajan advierte que cuando dices una verdad con miedo, es una mentira; este es un comentario sobre el chakra del corazón, pues hablar con verdad y amabilidad es el distintivo del cuarto chakra.