El chakra del abdomen está asociado a las partes de nuestra conciencia relacionadas con la comida y el sexo, la comunicación del cuerpo con la persona que hay en su interior, sobre lo que el cuerpo quiere o necesita, y sobre lo que encuentra placentero. También está asociado con lo que pasa en la conciencia en relación a tener hijos. Cuando este chakra se encuentra en su estado puro, la persona está en contacto con esta comunicación, escuchando y respondiendo adecuadamente a lo que el cuerpo quiere y necesita.
El segundo chakra es el centro de las emociones originales no filtradas, de las energías sexuales y de las fuerzas creativas. Está asignado al elemento agua, del que ha surgido toda la vida biológica y que en Astrología se corresponde con el ámbito de los sentimientos.
El agua fertiliza y hace surgir continuamente nueva vida en la creación. A través del chakra sacro participamos en las energías fertilizadoras y concebidoras que atraviesan toda la naturaleza. Nos experimentamos como parte de un perenne proceso creador que se manifiesta en nosotros y, a través de nosotros, en forma de sentimientos y acciones creadores.
El chakra sacro se considera con frecuencia como la posición sedente auténtica de Shakti, el aspecto «femenino» de Dios en forma de fuerza creadora. Su campo de acción incluye en el varón los órganos de la procreación, que llevan dentro de sí el impulso para la creación de nueva vida. En la mujer encontramos aquí aquellas áreas en las que ella recibe el impulso creador y hace surgir nueva vida, y el lugar donde el nuevo ser incipiente está protegido, alimentado, y donde se le proporciona todo cuanto necesita para prosperar.
Pero el elemento agua también purifica y depura. Disuelve y arrastra cuanto está agarrotado y se opone a su fluir vivo. Esto se manifiesta, dentro del ámbito corporal, por la actividad desintoxicadora y excretora de los riñones y la vejiga. En el plano anímico lo vivimos mediante la liberación y el dejar fluir los sentimientos, por lo cual quedamos dispuestos para experimentar la vida siempre de forma original y nueva.
Nuestras relaciones interpersonales, en particular las relativas al sexo contrario, están marcadas decisivamente por el funcionamiento del segundo chakra. Las múltiples variedades de juego erótico también pertenecen a su campo de acción al igual que el abandono del ego limitado y la vivencia de una mayor unidad mediante la unión sexual.
Funcionamiento armónico
Al fluir naturalmente con la vida y los sentimientos se muestra el funcionamiento armónico de un chakra sacro abierto. Estarás abierto y serás natural para con los demás, y en especial para el sexo contrario. La unión sexual con una persona amada es para ti una posibilidad de entrar con tus vibraciones en la danza de las energías masculinas y femeninas de la creación, para experimentar así una unidad superior con toda la naturaleza y crecer hacia una integralidad interior.
Sientes que el flujo de la vida también fluye en la creación a través de tu cuerpo, tu alma y tu espíritu. Así, participas en la honda alegría de la creación, y la vida te colma siempre de asombro y entusiasmo. Tus sentimientos son originales, tus acciones creativas. Ambos fructifican tu propia vida, así como la vida de los demás.
La armonía de Svadhisthana es sinónimo de alegría y serenidad. A quienes gozan de esta armonía les gusta arriesgarse, atreverse y superarse, contagian alegría en su entorno, están en contacto con el niño que llevan dentro, aceptan su cuerpo físico y disfrutan de una sexualidad armoniosa. Abordan el futuro con confianza y a menudo poseen el don de la curación.
Funcionamiento inarmónico
Una disfunción del chakra sacro tiene frecuentemente su origen en la pubertad. Las fuerzas sexuales en crecimiento provocan una inseguridad, puesto que los padres y educadores raramente están en condiciones de proporcionar un manejo correcto de estas energías. A menudo, en la más tierna infancia también han faltado delicadeza y cercanía corporal. Esto puede producir ahora una negación y un rechazo de la sexualidad, por lo que la expresión desinhibida pierde su potencial creativo y las energías se manifiestan de forma inadecuada.
Esto ocurre con frecuencia en forma de fantasías sexuales o de instinto reprimido, que se abren paso de vez en cuando. Otra posible repercusión consiste en que utilices la sexualidad como una droga. Tampoco aquí se detectará tu potencial creativo y éste se desviará. En ambos casos se presentan inseguridad y tensiones frente al otro sexo. La percepción sensorial es relativamente grosera y tienes la tendencia a anteponer la satisfacción de las propias necesidades sexuales.
Tal vez simplemente vivas en una continua añoranza de una relación sexual satisfactoria, sin darte cuenta que la causa de que no se realice este deseo radica en ti mismo.
Con la pérdida de la ingenuidad y la inocencia en el trato con las energías sexuales, pierdes también la franqueza para expresar o manifestar estas energías en la creación, para el juego de fuerzas del yin y el yang y, por tanto, para el asombro infantil por el milagro de la vida.
Hipofunción
La función carencial del chakra sacro surge en la mayoría de los casos desde la propia niñez. Probablemente, tus padres ya reprimieron su propia sensualidad y sexualidad, y a ti te faltó estimulación sensorial, contactos, caricias y ternura. La consecuencia fue que tú has retraído totalmente tus antenas en este ámbito.
Después, durante la pubertad, bloqueaste completamente las energías sexuales que pugnaban por salir. Mediante tu represión «coronada por el éxito» se llega a una falta de sentido de la autoestima, a un entumecimiento de las emociones y a la frialdad de sentimientos sexuales. La vida te parece triste e indigna de ser vivida.
Virtudes para desarrollar la armonía de Svadhisthana
Perspectiva y no dejarse llevar por las emociones, alegría en cualquier circunstancia, conciencia y aceptación de nuestro lado oscuro y proceso de evolución, crecimiento, novedad, apaciguar el miedo a faltar o a perder el control, coraje y flexibilidad.