El prana

Podemos imaginar que cada uno de nuestros cuerpos se nutre de una forma distinta. Además de los nutrientes, del aire y de la energía vital, existe una forma de energía que juega un papel fundamental en el equilibrio energético del organismo. Se trata de un tipo de energía que podríamos definir como «espiritual» y que fluye por el cuerpo energético y por el físico.


Esta energía fue denominada «prana» por los antiguos hindúes (un nombre que significa «aliento de vida») por ser dinámica, vitalizante y cohesionadora de la materia, desde los átomos hasta los organismos más complejos.


Se distribuye y actúa a través de los chakras. Si bien esta energía podría confundirse con el chi, se diferencia de él porque su flujo se ve directamente afectado por la personalidad y las emociones de la persona, así como por su desarrollo espiritual. Sin embargo, sus efectos no inciden sólo a nivel espiritual, sino también a nivel físico a través de las glándulas endocrinas y, en última instancia, afecta a nuestros órganos vitales.


El prana o Ki (energía pránica), es la energía vital que mantiene al cuerpo con vida y saludable. En la antigua Grecia se le conocía como Pneuma, en la Polinesia como Mana, en la China como Chi, en Japón Ki, en la India Prana, y en hebreo como Ruah, todas ellas con el mismo significado: «aliento de vida».


La tradición yóguica hindú fue la primera en describir el prana y su sistema de chakras, y lo hizo a través de unos textos sagrados de miles de años de antigüedad: los Vedas. Y aunque estos conocimientos no han llegado al mundo occidental hasta hace sólo unas décadas, su influencia en las medicinas alternativas ha sido enorme.


Los maestros de yoga afirmaban que toda fuerza se basa en el prana: la fuerza de la gravedad, la de atracción, la de repulsión, la electricidad, la radioactividad… y que sin prana no hay vida porque es el alma de toda fuerza y energía. Está en el aire, pero no es aire; está en el alimento, pero no es alimento; está en el agua, pero no se identifica con ninguno de sus componentes… Todo lo que existe es un simple vehículo de prana.


Por otro lado, el polvo, el humo y la niebla reducen el prana del aire. Las cargas eléctricas estáticas negativas de algunos tejidos sintéticos o el aire acondicionado, reducen el número de iones negativos de la persona. Por el contrario, el sol o las masa de agua en movimiento, como el mar, favorecen la ionización y aumentan el nivel de prana del aire. Por esta razón nos sentimos tan llenos de vida cuando estamos cerca del mar, al lado de una fuente o después de llover, cuando la atmósfera se ha descargado de la electricidad estática.


Sin prana sólo existiría materia inerte, ya que es el principio de la vida, el origen de toda fuerza mental, química y física. Es la inteligencia más íntima de las fuerzas naturales y su forma de manifestarse; por ello, su influencia se halla en toda vibración terrenal. De todo el prana que colma el universo, el que se encuentra en nuestra mente y en nuestro cuerpo es el que tenemos más disponible, y lograremos su armonía controlándolo a través del pensamiento: si hemos enfermado a causa de pensamientos negativos o por conflictos emocionales, podremos curarnos creando pensamientos positivos o solucionando los bloqueos emocionales.


Básicamente, existen tres fuentes mayores de prana: prana solar, prana del aire, y prana de la tierra.


El prana solar es el prana de la luz del sol. Vigoriza todo el cuerpo y promueve la buena salud. Se obtiene a través de los baños de sol, o exponiéndose a la luz del mismo durante unos cinco o diez minutos. Pero debido a que es muy potente, una exposición prolongada puede dañar la totalidad del cuerpo físico.


Al prana contenido en el aire, se le llama prana del aire o glóbulo de vitalidad del aire. Es absorbido por los pulmones a través de la respiración y también es absorbido directamente a través de los centros energéticos del cuerpo bioplásmico. A estos centros de energía se los conoce como chakras. Se puede absorber más cantidad de prana del aire a través de una respiración lenta, profunda, y rítmica, que por medio de una respiración rápida y agitada. Incluso, el prana del aire puede ser absorbido a través de los poros de la piel, por aquellas personas que tienen el entrenamiento adecuado.


Al prana contenido en la tierra, se le conoce como prana de la tierra o glóbulo de vitalidad de la tierra, y es absorbido a través de las plantas de los pies. Este procedimiento se realiza automáticamente o inconscientemente. Caminar descalzo, incrementa la cantidad de prana de la tierra absorbido por el cuerpo. Uno puede aprender a absorber más cantidad de prana de la tierra conscientemente, para incrementar la vitalidad, la capacidad de realizar más trabajo, y la habilidad de pensar con claridad.


El agua absorbe prana de la luz del sol, del aire y de la tierra con la que entra en contacto. Las plantas y los árboles, absorben prana del sol, el aire, el agua, y la tierra. Los seres humanos y los animales, obtienen el prana del sol, el aire, el agua, la tierra, y los alimentos. Los alimentos frescos, contienen más cantidad de prana que los conservados.


El prana también puede ser proyectado hacia otras personas para sanarlas. Las personas con mucho exceso de prana tienden a hacer sentir mejor y más vivaces a la gente que los rodea. En cambio, aquellos que están faltos de energía, inconscientemente tienden a absorber prana de otras personas. Usted puede haber experimentado en alguna ocasión, haberse encontrado con personas que le han hecho sentir cansado o agotado sin razón aparente. Esto se debe al principio que se mencionó anteriormente.


Ciertos tipos de árboles, como los pinos o los árboles antiguos y saludables, exudan muchísima cantidad de prana en exceso. Las personas cansadas o enfermas, se benefician mucho descansando bajo este tipo de árboles. Cualquier persona puede aprender a absorber conscientemente prana de los árboles a través de las palmas de las manos, y sentir el hormigueo en todo el cuerpo a causa de la tremenda cantidad de prana absorbido. Esta habilidad, puede desarrollarse en solo unas pocas sesiones de práctica.

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