Séptimo chakra Posibilidades de activación y purificación

ESTIMULACIÓN DE SAHASRARA


Sahasrara nos invita a asumir nuestras responsabilidades con entusiasmo, a vivir en un estado de felicidad incondicional, a practicar técnicas espirituales a diario de meditación, oración y visualización que nos conducen a la alegría absoluta. Sahasrara nos invita también a percibir las situaciones de sincronismo o de coincidencias que se multiplican en nuestra vida diaria y que tan bien describe el Dr. Deepak Chopra en su obra «Sincrodestino».


De cualquier modo, para integrar este júbilo en la vida, es in dispensable que no nos perturben durante la práctica espiritual. Ante todo, cabe satisfacer unas necesidades fundamentales: cuidar el cuerpo físico, llevar una alimentación sana y practicar ejercicio físico. Además, hay que decantarse por las relaciones «sanas y positivas», así como elegir un entorno que contribuya al desarrollo espiritual.


Cuando Sahasrara se encuentra en armonía, las situaciones y las relaciones que transmiten este estado de felicidad incondicional se multiplican y se va aumentando el estímulo de este chakra. Los líderes carismáticos que contribuyen realmente a crear una mejor vida en la faz de la tierra son aquéllos que han logrado armonizar el chacra coronal.


Experiencia natural


La amplitud e inmensidad, la proximidad al cielo y la liberación de los acontecimientos de tu vida personal, que puedes experimentar en la cima solitaria de una montaña elevada, son los más adecuados para favorecer una apertura de tu chakra coronal.


Terapia por el sonido


Forma musical: el sonido del chakra coronal es el silencio. En el silencio todo nuestro ser está extremadamente vigilante y receptivo para el sonido divino que resuena a través de toda la creación, y que representa la fuerza del amor y de la armonía en todas sus manifestaciones. Pero cualquier música o sonido que te induzca a este silencio, que te prepare para él o te introduzca en él, es adecuada para el chakra de la corona.


Vocal: el sonido «m» abre el séptimo chackra. En la India se considera también una vocal. La «m» se entona en la clave de SI de la escala musical. Es como un zumbido perenne, sin límites y sin estructura. Así, representa la unidad indivisa, la conciencia pura, amorfa e ilimitada, en la que están contenidas en forma latente todas las formas.


Mantra: OM


Cromoterapia


El violeta y el blanco actúan abriendo y ensanchando el chakra coronal.


El color violeta provoca una transformación del espíritu y el alma y los abre a dimensiones espirituales. Disuelve limitaciones y puede llevarte a la vivencia de la unidad cósmica.


El color blanco contiene el espectro entero con todos los matices cromáticos. Integra los diferentes planos de la vida en una totalidad jerárquicamente superior y abre el alma a la luz, al conocimiento y a la curación divinos.


Gemoterapia


Amatista: el fuego rojo de la actividad y la luz azul de la sensibilidad, del silencio y de la amplitud se unen en la amatista en una nueva fuerza. La amatista proporciona una tranquilidad llena de vida en la que se disuelven las angustias y las inarmónicas, y transmite confianza y entrega a las fuerzas del universo. Dirige el espíritu hacia la infinitud y favorece la meditación y la inspiración.


Cristal de roca: el cristal de roca guía al hombre a una totalidad mayor que aúna en sí armónicamente la variada multiplicidad de la vida. Aporta claridad y luz al espíritu y al alma y promueve el conocimiento espiritual. Ayuda al alma a unirse con el alma universal. Además, disuelve los estancamientos y bloqueos, proporciona protección y da nueva energía.


Aromaterapia – Aceites esenciales para el chacra coronal


Violeta: cedros (madera), ciprés de los cementerios, enebro rastrero, incienso, kanuka, lavandas (salvo el espliego), manuka, mirra, rododendro.


Olíbano: no es por casualidad que el incienso, que se obtiene de la resina del olíbano, sea el medio clásico utilizado en las ceremonias religiosas para hacer sahumerios. Su aroma tiene un efecto sublimador sobre el espíritu y el alma y purifica la atmósfera. Permite dejar atrás lo cotidiano, profundiza la capacidad de la fe y eleva el alma a un plano donde puede convertirse en receptáculo para la luz divina.


Loto: la flor de loto es en Oriente un símbolo de belleza y perfección espiritual. Hundiendo sus raíces en el lodo se eleva con su flor por encima de él. Igualmente, un hombre completo que vive en el mundo; sin embargo, su auténtica esencia permanece intacta y es una con Dios. La luz y la armonía irradian partiendo de él y difunden al mundo amor, alegría y conocimiento. El aroma de la flor de loto porta este mensaje intrínsecamente. Dirige al alma sensible y dispuesta por el camino hacia la unidad con Dios.


• Aceite para masajes «violeta» con la fórmula siguiente: 30 ml de aceite vegetal de macadamia + 10 gotas de aceite esencial de olíbano + 10 gotas de aceite esencial de lavanda + 5 gotas de aceite esencial de enebro rastrero + 5 gotas de aceite esencial de mirra + 2 gotas de aceite esencial de ciprés de los cementerios + 1 gota de aceite esencial de rosa de Damasco. Masajear la zona del plexo solar y el corazón en el sentido de las agujas del reloj. Este masaje permite abrir la mente, distender la rigidez, calmar y equilibrar el estado psicoemocional.


• Pulverizador del aura «violeta» con la fórmula siguiente: 30 ml de alcohol de 90° sin alcanfor + 10 gotas de aceite esencial de olíbano + 10 gotas de aceite esencial de lavanda + 5 gotas de aceite esencial de enebro rastrero + 3 gotas de aceite esencial de mirra + 2 gotas de aceite esencial de ciprés de los cementerios + 1 gota de aceite esencial de rosa de Damasco. Rociar las palmas de las manos con la mezcla, inspirar profundamente y pasar las manos por el aura.


Ejercicio de meditación


De pie con los brazos pegados al cuerpo, levantarlos lateralmente hasta acercar las manos lentamente en posición de rezo por encima del chacra coronal, lo más alto posible, y formar una corona, como una flor de loto abierta hacia el cielo. Finalmente, bajar las manos en pirámide alrededor de la cabeza. Repetir el ejercicio tres veces.


Con las manos en posición de rezo y los brazos estirados por encima de la cabeza, separar lentamente los meñiques, anulares, corazones, índices y pulgares. Bajar lentamente los brazos hacia delante hasta la altura de los hombros.


Con los meñiques guiando el movimiento, girar las manos con la palma hacia el cielo y deslizar una debajo de la otra en posición de ofrenda (con los brazos estirados pero relajados y a la altura de los hombros). Bajar lentamente los codos y abrazarse llevando las manos a la espalda para cerrar suavemente el círculo de energía a la altura de la cintura en un movimiento circular, una mano sobre la otra (la derecha por debajo en el caso de las mujeres y a la inversa en el caso de los hombres).


Permanecer en silencio un momento, con los ojos cerrados para sentir toda la energía sutil en el cuerpo físico, el energético y los chacras.


Cantar el AUM (manteniendo las sílabas el mayor tiempo posible) y permanecer de nuevo en silencio.


Cuando se asimilan estos movimientos, se pueden efectuar con los ojos cerrados para sentir mejor el prana circulando por todo el cuerpo.


Baño ritual y purificador


Comenzar primero con una ducha rápida. Llenar la bañera de agua. Encender velas por el cuarto de baño. Colocar una amatista o un cristal de roca delante de una vela que quede a la vista, e incluso poner una música de relajación y meditación. Añadir al agua aceites esenciales de lavanda, enebro rastrero y olíbano (3 gotas de cada aceite).


Ponerse de pie en la bañera, y muy lentamente, formar un cuenco con las manos para echarse agua por la cabeza y por todo el cuerpo.


A continuación tumbarse en el agua y oler el perfume de los aceites esenciales. Percibir los beneficios y contemplar sin más las sensaciones que se producen.


Conviene no distraerse con la lectura, la música, etc… sólo observar…

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